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Ejercicio ilegal e intrusismo profesional en Medicina Veterinaria

 




Por. Dejelia Gómez, DMV., Sc.D. Epidemiología aplicada a las Zoonosis.

A propósito de títulos falsos en la carrera de medicina, dado a conocer en programas por la periodista Nuria Piera, queremos destacar lo correspondiente a la ilegalidad en el ámbito de la medicina veterinaria. 


En esta carrera, aunque la cantidad de profesionales no se iguala con el número de médicos humanos en el país, existe un alto nivel de compromiso relacionado con la salud pública. 


Mientras la carrera de medicina se dedica a prevenir diagnosticar y curar las enfermedades en humanos, la medicina veterinaria hace lo mismo en los animales, especies no humanas.


La profesión de veterinaria corresponde a un capítulo importante de la salud como parte de las ciencias, y el ejercicio de la profesión no debe ser subrogado ni usurpado. 


Esta actividad profesional conlleva al conocimiento de especializaciones en diversas áreas de aplicación, así como de las diferentes especies animales, todas ellas relacionadas directa o indirectamente a la salud animal, la salud pública y a la seguridad alimentaria. 



La defensa sanitaria de los ganados, el control y la erradicación de las epizootias, y la prevención de las enfermedades de los animales que son transmisibles al hombre, se señalan en la Ley 4030 de 1955, del Ministerio de Agricultura, o sea, preservar la salud animal para preservar la salud humana.


 De igual modo, corresponde a veterinarios inspeccionar la producción y procesamiento de alimentos de origen animal en prevención a la introducción e instalación de enfermedades en el Territorio Nacional a través del comercio, supervisión de ingreso de animales y productos derivados que ingresan por puertos, aeropuertos y fronteras terrestres, evaluar la salud animal de animales de compañía, de trabajo, de ornato, de producción y de la fauna silvestre.



El ejercicio de la medicina veterinaria en República Dominicana, así como la venta de medicamentos destinados a animales que requieren de receta veterinaria merece inmediata atención, tanto por las autoridades del Colegio Dominicano de Médicos Veterinarios como por las autoridades de la Dirección General de Ganadería, y además las del Ministerio de Salud Pública, ya que esta última a) otorga los exequatur de ley; b) autoriza  los permisos de drogas y medicamentos controlados; c) dispone el capítulo de las zoonosis en la Ley General de Salud, Sección II, Cap. IX; d) emite los Certificados de Aprobación de Laboratorios Industriales y Farmacéuticos.

De su parte, la ley 173-02 de fecha 29 de octubre del 2002 que crea el Colegio Dominicano de Médicos Veterinarios, regula el ejercicio de la medicina veterinaria en República Dominicana y describe en sus Artículos 16 y 17 el ejercicio ilegal de esta profesión. 


La Ley Número 4030, del 19 de enero de 1955, del Ministerio de Agricultura “Declara de interés público la defensa sanitaria de los ganados de la República, que a su vez ampara el Reglamento 521-06 para el Registro de Establecimientos y Medicamentos Veterinarios.

Resulta de gran preocupación para los médicos veterinarios que cumplen con los requisitos legales del Colegio Dominicano de Médicos Veterinarios, ver como cada día crece el intrusismo en esta noble y dedicada profesión, así como la dinámica de negocios no registrados donde se expenden medicamentos veterinarios sin conocimiento alguno sobre su uso y aplicación, y en algunos hasta aplican vacunas a perros y gatos sin que ninguna autoridad en el país tome cartas en el asunto.


 Esto es mucho más grave de lo que se piensa ya que este tipo de actividad ilegal no solo expone la salud animal, sino que pone en riesgo la salud de las personas.



Cuando un negocio no autorizado entrega una cartilla de una vacuna a un cachorro, el propietario del animal desconoce el riesgo que esta actividad ilegal conlleva, pues no identifica si existe allí capacidad profesional. 


De no estar debidamente vacunado un perro o gato puede contraer enfermedades, entre ellas la rabia y por ende poner en riesgo la vida de las personas.  De ocurrir una mordedura por un perro, vacunado o no, el caso pasa a ser parte del Ministerio de Salud Pública. 


La profilaxis preventiva en humanos dependerá del tipo y lugar de mordedura, y es importante presentar la constancia de que el animal agresor fue vacunado por parte de un profesional avalado. 


Una vida humana no tiene precio, y la rabia es una enfermedad mortal, de manera que el Ministerio de Salud Pública tiene un compromiso ante la práctica ilegal, que además supone un costo a los servicios de salud. 


De igual modo, la venta de medicamentos antibióticos y hormonas sin prescripción médica, usada indiscriminadamente en los animales de producción sin seguir la debida supervisión veterinaria conlleva a riesgos de transmitir en las carnes, leche, huevos y sub productos residuos por encima de los niveles recomendados, que pueden conducir a resistencia microbiana o desbalance hormonal en seres humanos.


 Es responsabilidad del Departamento de Alimentos y Bebidas del Ministerio de salud pública la detección de residuos, no obstante, la producción primaria y los controles sanitarios son competencia del Ministerio de Agricultura y la Dirección General de Ganadería.


En medicina veterinaria existe ilegalidad, abunda el intrusismo profesional y sobre todo los profanos. Estos últimos sin siquiera un nivel básico de escolaridad manipulan y medican animales, y cuando no hay remedio es que se acude al veterinario.


Antes de medicar gallinas, cerdos, vacas u otro ganado, los propietarios de granjas y fincas deben reconocer que se debe contar con un diagnóstico veterinario sobre lo que está afectando la salud de los animales.


 Asimismo, cumplir de manera obligatoria con la notificación de enfermedades, a fin de lograr la actuación oportuna, evitando al productor y al país pérdidas económicas cuantiosas que pueden afectar, no solo la salud animal y humana, sino poner en juego la seguridad alimentaria del país y hasta causar epizootias o panzootias a nivel mundial en poblaciones animales, lo que equivale a los términos epidemia y pandemia.


En cuanto a negocios que ofrecen servicios veterinarios sin ser clínicas u hospitales, sugiero a la ciudadanía que verifique la licencia profesional del veterinario que le asiste para evitar ser tomado desprevenido por ilegales que abundan en el país. 


Otro aspecto no menos importante es el de extranjeros que llegan al país, y sin cumplir los requisitos reglamentarios de residencia y validación u homologación de títulos comienzan a ejercer la medicina veterinaria.


 Esto debe ser denunciado ante el Colegio Veterinario del mismo modo que cualquier otra ilegalidad, pero sucede que en todas partes hay amiguismo y hay subordinación, además de aprovechamiento.


 Es frecuente que ilegales, dado su condición, acepten posiciones por menor salario, incluso en universidades que contratan docentes extranjeros se requiere validación de títulos, y cumplir con las leyes 42-01 y 173-02 de República Dominicana.


Recientemente se ha discutido en los grupos profesionales del Colegio Dominicano de Médicos Veterinarios la promoción de cursos y talleres de capacitación impartidos por un veterinario no colegiado, aparentemente extranjero que dice ser graduado en Venezuela y ejerce desde 2017 en el país, siendo esto promovido por un veterinario colegiado.


 A lo cual se sometió una denuncia ante directiva del colegio veterinario para que investigue este caso. 


Hubo una época en que veterinarios colombianos laboraron para la industria avícola dominicana sin disponer de la legalidad en el país para ejercer la medicina veterinaria. 


El Colegio Veterinario debe enfocar las necesidades de los profesionales colegiados, y de la salud y el bienestar animal para garantizar lo que, como clase, corresponde ofrecer a la sanidad animal, la salud pública y a la seguridad alimentaria. 


Es necesario fortalecer las capacidades profesionales, clasificar las áreas de especialización y mantener un registro actualizado de los colegiados que facilite validar y consultar la información tanto del profesional como de las clínicas y hospitales veterinarios. 


Hacemos un llamado a las autoridades competentes en cada uno de los ámbitos correspondientes a identificar su rol y cumplirlo de manera integrada, para corregir las debilidades existentes en esta área de la salud.

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