Pavel Durov, fundador de Telegram y conocido como el “Mark
Zuckerberg ruso”, es una figura emblemática en el mundo de la tecnología. Durov
ha dejado claro su compromiso con la libertad de expresión y la privacidad
digital, valores que lo han convertido en un defensor ferviente del cifrado en
las comunicaciones.
El pasado fin de semana, Durov fue detenido en Francia tras
aterrizar en el aeropuerto Le Bourget de París en su avión privado. Las autoridades
francesas emitieron una orden de arresto contra él como parte de una
investigación que lo vincula con delitos graves, incluyendo fraude, tráfico de
drogas, lavado de dinero, y promoción del terrorismo.
Todo lo que hay que saber sobre Pavel Durov, el creador de
Telegram que ha sido detenido en Francia
Nacido en Leningrado en 1984, Durov se destacó desde joven
por su talento en programación y su espíritu emprendedor. A los 22 años fundó
VKontakte (VK), la red social más grande de Rusia, comparada frecuentemente con
Facebook y que ha sido el epicentro del crecimiento tecnológico de dicho país
en los últimos años.
Sin embargo, su mayor logro hasta la fecha es, nada más y
nada menos que Telegram, una de las plataformas de mensajería más populares del
mundo, con más de 900 millones de usuarios activos. Durov, cuya fortuna
personal se estima en 15,500 millones de dólares, es conocido por su vida
discreta y su rechazo a las entrevistas.
Según los investigadores, Durov es cómplice de estos
crímenes por negarse a moderar el contenido en Telegram, lo que podría llevarlo
a enfrentar cargos criminales en Francia. Telegram respondió rápidamente a las
acusaciones, afirmando que la plataforma cumple con las leyes de la Unión
Europea y que su moderación de contenido está en constante mejora.
Telegram defiende a su creador y CEO luego de detención en
Francia
La compañía defendió a Durov, argumentando que es absurdo
culpar a una plataforma o a su propietario por los abusos que ocurren en ella.
Además, el abogado de Durov calificó la detención como “ridícula” y un ataque a
la libertad de expresión.
El caso ha generado un debate sobre la responsabilidad de
las plataformas digitales en el control del contenido que circula en ellas.
Aunque Durov ha sido un defensor de la neutralidad de Telegram, su negativa a
colaborar con las autoridades rusas en el pasado lo obligó a abandonar su país
en 2014, perdiendo el control de VK.
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