La Federación de Mujeres Empresarias (FEM) manifiesta su desacuerdo con la propuesta de creación de un Ministerio del Hombre, por considerarla una medida innecesaria, sin sustento técnico ni justificación social, que no responde a las verdaderas prioridades en materia de desarrollo, equidad y derechos humanos en nuestro país.
FEM, como entidad representativa de mujeres que lideran empresas, generan empleos y aportan al crecimiento económico con responsabilidad social, reafirma su compromiso con una sociedad más justa e inclusiva, donde hombres y mujeres trabajen juntos por la igualdad.
Nuestro país sigue enfrentando retos estructurales en materia de equidad de género: persistencia de la violencia contra las mujeres, una brecha salarial que limita su autonomía económica, sobrecarga de trabajo no remunerado en el hogar y una representación aún insuficiente en los espacios de toma de decisiones. Por ello, el Ministerio de la Mujer no solo es necesario, sino imprescindible para garantizar políticas públicas que atiendan estas desigualdades con enfoque técnico, presupuesto asignado y una institucionalidad robusta.
La presidenta de la FEM, Rossy M. Escotto, manifestó que “si bien valoramos que las políticas de igualdad deben involucrar tanto a hombres como a mujeres, creemos firmemente que la solución no es crear estructuras paralelas que puedan fragmentar esfuerzos o desviar la atención de las verdaderas urgencias. Un Ministerio del Hombre, en este momento, no responde a una demanda social prioritaria ni está sustentado en evidencia que justifique su creación como órgano autónomo. En cambio, urge fortalecer el Ministerio de la Mujer, dotarlo de más recursos, de mayor capacidad de incidencia y, sobre todo, de respaldo político.”
Nuestra visión no excluye la necesidad de trabajar con los hombres. De hecho, entendemos que la construcción de una masculinidad positiva, la corresponsabilidad en el cuidado y la educación para la igualdad deben ser metas nacionales. Pero estas pueden y deben ser promovidas desde los mismos espacios institucionales ya existentes, como el Ministerio de la Mujer, mediante políticas integrales, inclusivas y transformadoras, no desde compartimientos estancos.
La experiencia comparada en la Unión Europea muestra que los países que han apostado por estructuras sólidas y específicas en materia de igualdad de género han logrado avances significativos. La presencia de un ministerio con enfoque exclusivo en igualdad ha sido un factor clave para mantener estos temas en la agenda pública, asegurar la continuidad de políticas y fomentar una cultura de respeto, inclusión y justicia.No obstante, la creación de un Ministerio del Hombre paralelo al Ministerio de la Mujer no contribuye a ese objetivo; por el contrario, diluye la respuesta oportuna del Estado ante problemáticas estructurales como la violencia de género, la brecha salarial, la sobrecarga de cuidados y la baja participación femenina en espacios de poder.
Instamos al Ministerio de la Mujer a reforzar sus esfuerzos en la consolidación de políticas públicas de equidad, inclusión, prevención de la violencia y promoción de oportunidades reales para todas y todos, sin distraerse con iniciativas que no responden a las verdaderas urgencias del país. Consideramos prioritario fortalecer programas que promuevan la masculinidad positiva, la corresponsabilidad en los cuidados y la educación para la igualdad desde una perspectiva transformadora, que contribuya a erradicar los estereotipos de género y fomente relaciones más justas y respetuosas en todos los ámbitos de la sociedad.
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