Estados Unidos y China anunciaron este domingo un principio
de acuerdo para revertir la guerra comercial que los enfrentó en los últimos
años, tras cerrar dos días de negociaciones que calificaron como “profundas” y
con “progresos sustanciales”.
Aunque aún no se revelaron los detalles ni las cifras
concretas de las rebajas arancelarias acordadas, ambas partes informaron que lo
harán este lunes. El anuncio marca un giro inesperado en una relación económica
marcada por tensiones, aranceles cruzados y represalias que derivaron en una
crisis comercial global.
Actualmente, rigen aranceles de hasta un 145 % para los
productos chinos —con excepción de ciertos electrónicos— y de 125 % para los
bienes estadounidenses, lo que, en la práctica, representaba una suerte de
embargo comercial entre ambas economías.
Pese a que los negociadores habían anticipado que la reunión
en Ginebra sería solo un primer paso, el propio expresidente Donald Trump
aseguró que el primer día había ido “muy bien” y que se buscaba un “reinicio
total” de las relaciones bilaterales.
El secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, fue
el primero en destacar los avances y habló de un clima de “cooperación,
intereses compartidos y respeto mutuo” durante los encuentros.
Por parte de China, el viceprimer ministro He Linfeng
confirmó más tarde en Ginebra que las conversaciones fueron “constructivas” y
que ambas delegaciones acordaron crear un mecanismo de consulta
económico-comercial para abordar los temas sensibles de la relación.
He Linfeng también expresó que existe voluntad de ampliar
los ámbitos de cooperación y aseguró que los vínculos económicos entre Estados
Unidos y China “pueden ser mutuamente beneficiosos”.
El representante de Comercio estadounidense, Jamieson Greer,
quien colideró la delegación de EE.UU., afirmó que el acuerdo alcanzado
contribuirá a reducir el “masivo déficit comercial” que su país mantiene con
China, calculado en 1,2 billones de dólares por el gobierno de Trump.
“Lo más importante es entender lo rápido que llegamos a
acuerdos. Eso demuestra que las diferencias quizá no eran tan grandes como
pensábamos”, señaló Greer.
Con información de Agencias
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