Khloé Kardashian, conocida personalidad televisiva y miembro
destacado del famoso clan Kardashian-Jenner, ha compartido abiertamente su
viaje de pérdida de peso y su relación con la comida emocional en un reciente
episodio del podcast de salud y bienestar “SheMD” con la Dra. Thaïs Aliabadi y
Mary Alice Haney.
Durante el episodio, que se estrenó el martes 5 de mayo,
Khloé reflexionó sobre su lucha contra el sobrepeso a lo largo de su vida y su
viaje de pérdida de peso. “Solía estar bastante pasada de peso durante gran
parte de mi vida”, compartió la estrella de los Kardashian, ahora de 39 años.
“Mi viaje de pérdida de peso. Me llevó años”, agregó. Khloé reveló que siempre
había sido “llenita” y que, aunque era atlética y jugaba deportes, nunca estaba
en forma.
Khloé Kardashian habló sobre cuando comía para calmar sus
emociones
La estrella de reality TV admitió haber probado una variedad
de dietas y cambios de estilo de vida en su intento por perder peso, pero luchó
contra la comida emocional. “Solía ser una comedera emocional”, confesó. “Me
sentía tan bien comiendo, y luego me sentía tan mal después”. Este ciclo
continuo de comer por emociones y sentirse culpable después llevó a Khloé a
darse cuenta de que necesitaba cambiar su relación con la comida.
Khloé compartió que cuando quedó embarazada de su hija True
en 2018, pesaba 204 libras al dar a luz y se preguntaba cómo perdería peso
nuevamente. Sin embargo, gracias a las herramientas y el conocimiento que había
adquirido a lo largo de su viaje de pérdida de peso, logró perder el peso del
embarazo mucho más rápido de lo que había perdido peso en el pasado.
En la actualidad, Khloé mantiene una rutina de ejercicio
regular de cinco días a la semana, combinando intervalos cardiovasculares con
levantamiento de pesas. Además, ha adoptado una actitud más equilibrada hacia
la comida, reconociendo que “ahora que estoy en un buen lugar, físicamente, que
me gusta, como lo que quiero, pero como mi cerebro está tan entrenado, ni
siquiera quiero la mitad de la basura o chatarra”. Aunque admite que la pizza
es su debilidad, ha aprendido a moderar sus porciones y a mantener un
equilibrio saludable entre la indulgencia y la moderación.
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